sábado, 12 de julio de 2014

Un placer mortal.

Como el radiante sol que, con los primeros rubores de la aurora, contempla al universo de lo alto de su carro flameante. En ese momento lo vi y supe que por él, estaría dispuesta a sufrir.
Mi delito fue mirarlo a los ojos y desearlo, mi castigo fue vivir condenada en las sombras de su indiferencia, observándolo mientras que él, ni se inmutaba de mi presencia.
Decidí romper con las cadenas que me cohibían de acercarme y brindarle un cálido abrazo. Así que lo vi, radiante y a su vez fribolo como nunca, como siempre, como si fuera esa luna distante e inalcanzable que yo tanto amaba, la cual pronto estaría por tocar o moriría en ese intento.
Simplemente sucedió... Caí en su encanto, en sus brazos como una mosca cae en la telaraña de su asesina. Atraída, como abeja a la miel. Yo tan insignificante como insecto y él tan irreemplazable como el agua.
Sentir su cuerpo tan cerca al mio, hizo que mi corazón saliera de control, bombeando cada vez mas sangre, haciendo que mis pálidas mejilla se ruborizaran y que se me fuera el habla pero de igual manera ¿de que me serviría?
No sé que pasó, solo sé que lo necesitaba, lo necesitaba mas que al propio aire que él me arrebató. Lo besé, y lo besé como si fuera la ultima vez; no me importaba que pasaría, ni que o quien estuviera al rededor. Sabia que mi desacato tendría un castigo pero no me importaba... En ese momento solo eramos él y yo.
Cuando lo terminé de besar no podría creer lo perfecto que fue, no había modo de explicarlo solo paso y no había nada de que arrepentirnos., solo sentía deseo y su lujuriosa mirada posándose en mi. Pero deje de sentirme tan bien, sentía que había perdido mi propósito, y al pensar esto inmediatamente caí al suelo, él sostuvo mi cabeza, viendo como agonizaba.
Entendí que el precio que tenia que pagar por el pecado que llevaba en mis labios, era la muerte. Me empezó a faltar el aire y a nublarme la vista... Lo único que le escuché decirme fue: "ha sido un placer mortal..." dicho esto, él me volvió a besar, robándose así mi ultimo aliento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario